martes, abril 17, 2007

La nazificación del trabajo según Heidegger


Heidegger, ¿un nazi típico?: Los discursos, conferencias y proclamaciones políticas del filósofo más influyente e importante del siglo XX, Martin Heidegger, pronunciados entre los años 1933 y 1934 han sido editadas por primera vez en alemán en el tomo 16, Band 16 Reden und andere Zeugnisse eines Lebensweges (1910-1976) de las obras completas, las Gesamtausgabe, llamadas “integrales”. Constituyen un brulote de prosa ultranazi. Las lecturas de estos textos nos revelan no sólo el compromiso radical del filósofo con Hitler, sino que ni la brutalidad policial, ni los campos de concentración, ni la quema pública de libros, ni la persecución a judíos y comunistas, ni la instauración de una dictadura de partido único, ni siquiera la matanza ilegal y atroz de los militantes de las SA en junio de 1934, hicieron mella en sus creencias políticas. Hace falta evocar estos textos (inéditos en español) para penetrar en este período negro y distinguir hasta qué punto está comprometida la filosofía heideggeriana con el nacionalsocialismo. Es más: Heidegger no duda en ir más allá del centro de oscilación ideológico del nacionalsocialismo: es un entusiasta radical de los nuevos campos de trabajo forzados, exalta a la raza endurecida, alaba a la guerra como única salvación posible, está convencido de la sanidad racial del pueblo alemán a través de la eugenesia, es un antimarxista rabioso. El semestre del invierno europeo 1933-1934 es el período más activo del filósofo y ahora Rektor-Führer Martín Heidegger: de mayo de 1933 a noviembre de 1934, a lo largo de cuatro cursos universitarios, realiza más de veinte discursos y conferencias donde pone su filosofía al servicio de la consolidación del NS-Staat. El discurso que presentamos por primera vez traducido al español es un ejemplo de la fascinación de Heidegger por una de las instituciones más típicas del estado nazi: los campos de trabajo (Arbeitslager). Los campos no sólo servían como re-educación, sino como una manifestación sin mediaciones “liberales” o “marxistas” de la comunidad racial-popular, la “Volksgemeinschaft”. Pero Heidegger no solo es un teórico völkisch, su pasión la llevó a la práctica: organizará un campo en Todtnauberg, cerca de su mítica cabaña de montaña, su Hütte, del 4 al 10 de octubre de 1933. Sus participantes serán estudiantes que pertenezcan obligatoriamente a las SA, SS y eventualmente la organización hermana de los Stahlhelm. Sus integrantes marcharán con sus uniformes pardos desde Freiburg, en orden militar cerrado con el brazalete con la swástica. Günther Anders, el malogrado pensador marido de Hanna Arendt, poseía una carta postal de propaganda del NSDAP de Freiburg, donde podía verse al Rektor Heidegger desfilar con el uniforme pardo a la cabeza de las SA de la ciudad. También recordaba que durante todo ese año Heidegger daba sus cursos con la camisa parda y que los estudiantes debían saludar con un ¡Heil Hitler!. No nos sorprende entonces el entusiasmo y el amor militante de Heidegger en este discurso por no sólo militarizar la vida universitaria, sino transformar el concepto de trabajo en la versión nacionalsocialista. Si el trabajo era para Marx esa mercancía especial que permitía, a través de su doble carácter, explicar el secreto de la explotación bajo el capitalismo, para el fascismo en general el plusvalor no es histórico sino eterno, y lo que debe modificarse es el principio de organización social basado en lazos formales y reorganizarlo bajo la identidad de la Tierra y la Sangre. Ahora sí tiene sentido ese lema que se presentaba como una broma siniestra, El trabajo a la comunidad nacional nos hace libres, “Arbeit macht frei”. Y justificar el universo de los campos, en sus diferentes versiones, como instituciones no sólo legítimas sino necesarias para la existencia del pueblo alemán como tal.

Ascenso y consolidación de Hitler: A lo largo del año 1933, el “año de la decisión” como lo presentaba la ideología nazi, Baden y en especial su capital, Freiburg, fueron la avanzada del fanatismo y la nivelación (“Gleichschaltung”) racial de toda Alemania. Hay que señalar que ya en las elecciones de 1932 el NSDAP era el partido mayoritario de la región y tras el éxito en las elecciones (las últimas semilibres) en marzo de 1933, se rompió todo formalismo constitucional. El ministro del Interior de Hitler, Frick, nombró Reichskommissar al temible Wagner, quien disolvió el gobierno provincial y creó un cuerpo paramilitar de apoyo formado por 500 miembros de las SS, SA y los Stahlhelm, persiguiendo todo forma de oposición o protesta. La “Casa del Pueblo” de Freiburg, sede de los sindicatos, fue violentamente atacada hasta su cierre definitivo. Al poco tiempo fue asesinado por dos policías el muy conocido diputado socialdemócrata de origen judío Nussbaum. En la plaza de la catedral de Freiburg, el NSDAP organizo un mitin multitudinario bajo el lema “Manifestación contra el marxismo”. Todos los parlamentarios y concejales comunistas y socialdemócratas fueron encarcelados sin más, prohibidos los partidos políticos, disueltas las organizaciones que no respondieran al NSDAP y los órganos de la prensa independiente cerrados o censurados. En esa época ya existían dos campos de concentración muy conocidos en Baden, ambos ubicados en el pueblito de Heuberg, una aldea cercana al pueblo natal de Heidegger, Messkirch. Los campos quedaron chicos y fueron cerrados en 1935, trasladándose a los presos (en su mayoría comunistas, anarquistas, socialdemócratas y “pacifistas”) al temible KZ Dachau. En 1933 el alcalde nazi de Freiburg, el Doctor Franz Kerber, dirigió un boicot público contra los comercios judíos y se publicó una lista desde el Ayuntamiento con los nombres de abogados, médicos y otros profesionales judíos para que también se los boicoteara. En abril de 1933 se promulgó para toda la provincia una ley de “re-estructuración de la función pública”, pionera en la limpieza racial, que notificaba la expulsión de todos los judíos de la administración pública y, por supuesto, de las universidades. La depuración étnica en Baden se completaría recién en 1940, cuando los últimos 5.617 judíos fueron enviados al KZ Gurs (Pirineos franceses), el lugar donde estuvo internado Jean Améry, para luego desaparecer en los infiernos de los campos de exterminio del Este. Es en este contexto que hay que interpretar y sopesar las palabras de Heidegger.

Trabajo forzado y nacionalsocialismo: El “Servicio de Trabajo del Reich” o simplemente conocido como “RAD” por sus siglas alemanas “ReichsArbeitsDienst”, era un programa de trabajo forzoso en obras públicas que requería seis meses de servicio de cada hombre comprendido entre los dieciocho y veinticinco años, para las mujeres el “RAD” era voluntario pero las presiones para el reclutamiento eran muy intensas. Los jóvenes vivían en campos de trabajo (“Arbeitslager”) y por sueldos de subsistencia, de los cuales se deducían descuentos obligatorios a diversas agencias del NSDAP, y trabajaban en labores como cultivos de tierras pobres, construcción de canales de riego, saneamiento de campos, etc. Graduados universitarios y de las Escuelas Superiores, bachilleres, artesanos, campesinos, obreros y desempleados se dedicaban todos juntos a las mismas tareas serviles, parte de la ideología de la “Volksgemeinschaft”, la superación conservadora de la sociedad de clases, además se inculcaba respeto por la mitológica figura del “Trabajador”. El regimentado entrenamiento y la experiencia en las duras condiciones laborales, prepararían a los jóvenes para la futura “Mobilmachung” de la guerra. Aunque con características similares al “Civilian Conservation Corps” del “New Deal” de Roosevelt, el RAD era una organización paramilitar que se integraba al nuevo aparato de poder del estado nacionalsocialista, con sus propios uniformes y rangos, propia jerarquía (compañía, batallón, regimiento), burocracia, líderes y su propio órgano de prensa y propaganda, “Der Arbeitsmann”. Su origen fue la reforma y unificación de los servicios de trabajo heredados de la República de Weimar, los “Freiwilligen Arbeitdienste” creados por Konstantin Hierl en 1931. Su objetivo era triple: bajar el paro, poner en práctica la ideología comunitaria racial del nacionalsocialismo, preparar el rearme general de Alemania. El motto nazi del servicio se resumía en una tríada: “Schulpflicht-Arbeitdienstpflicht-Wehrpflicht” (escuela obligatoria, servicio de trabajo obligatorio, servicio militar obligatorio). El primer Führer del RAD fue Franz Seldte, antiguo dirigente de los conservadores Stahlhem, los “Cascos de Acero”, quien en 1934 integró los diversos sistemas dentro del ministerio de trabajo, el Reichsarbeitministerium. En la fundamentación jurídica del RAD en el NS-Staat, conformado como ley el 1º de junio de 1935, en su primer parágrafo señalaba que “Der Reichsarbeitsdienst (RAD) ist Ehrendienst am deutsche Volk”, o sea: el Servicio del Trabajo Imperial es un servicio de honor en el Pueblo Alemán… El RAD se dividía en dos secciones: la femenina (Reichsarbeitsdienst der weiblichen Jugend, RAD/wJ) y la masculina (Reichsarbeitsdienst Männer, RAD/M). Regionalmente se dividían en distritos divisionales de trabajo, Arbeitsgau; cada uno de esos distritos era comandado por un oficial con su cuartel general y su propio staff administrativo. En cada distrito se conformaban entre seis y ocho grupos de trabajo (Arbeitsgruppen), batallones de trabajo de entre 1200 y 1800 trabajadores. Cada miembro raso del RAD era equipado por el estado con una bicicleta y una pala.

Trabajo y militarización: El RAD, asimismo, formaba parte de la idea fuerza de Hitler “¡Alles für Wehrmacht!” (¡Todo para el Ejército!), que planteaba que toda medida pública de creación de trabajo sería examinada en función de su utilidad para la preparación militar de Alemania, calculada en cinco años. El RAD era una Wehrmachtsgefolge, literalmente una fuerza auxiliar de las fuerzas armadas, que podían ser incluidas bajo la protección de la Convención de Ginebra y rápidamente militarizadas a nivel profesional. Las primeras medidas del llamado ‘Plan Reinhardt’ se implementaron entre el 1 y el 27 de junio de 1933: ley para la reducción del paro y ley para la construcción de las “Autobahn” del Reich. Toda la movilización estatal contra el desempleo encubría, bajo el manto ideológico de la “Volksgemeinschaft”, la comunidad racial sin clases, una vigorosa política de rearme. A esta verdadera economía de guerra en tiempo de paz se le sumó una serie de medidas, el llamado ‘socialismo práctico del NSDAP’, para terminar de conquistar a la reacia clase obrera alemana: protección al trabajo femenino y contra los despidos sin indemnización, vacaciones pagas, prestamos blandos para nuevos matrimonios, el ‘Auxilio de Invierno’ para llevar ayuda a cuatro millones de indigentes, etc. La consigna de Hitler en cuanto a estas medidas siempre fue concisa y clara: “Keines Arbeitsbeschaffung ohne Wehrhaftmachung” (No hay creación de trabajo sin movilización de rearme). Durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial, unidades del RAD trabajaron en la segunda línea tanto en la invasión de Noruega como en el frente de Francia. Su tarea era de apoyo logístico (alimentos y municiones), reconstrucción de carreteras, puentes y aeródromos, además de construcción de fortificaciones fronterizas y costeras (la Ostwall, la Westwall y la más famosa la Atlantikwall), búnkeres, campos de minas y como unidades de vigilancia de puntos estratégicos y prisioneros. Cuando se desató la invasión a la URSS en 1941, unidades del RAD fueron usadas en operaciones contra partisanos. En 1943 fueron instruidos miles de trabajadores del RAD como auxiliares para la artillería antiaérea por la Lutwaffe. A partir de 1944 la militarización del Arbeitsdienst se hizo vital para Alemania: seis divisiones, las RAD-Infanteriedivisionen, fueron formadas para integrar, junto con el Volkssturms, la última jugada de Hitler para ganar la guerra.

Historia de una foto: el “Führer” de la Universidad de Freiburg aparece en esta interesante (y poco difundida) foto oficial. Apareció en el número 31 de la revista “Minerva. Jahrbuch der gelehrten Welt” en el año 1934, editada en Berlin y Leipzig, más o menos por la misma época de este discurso. Heidegger aparece teatralmente en su despacho, el Eigenschaft, de Rector con un traje regional bávaro color pardo. Su mirada irradia visión de futuro y decisión, sobre un escritorio inmaculado y en orden, mientras le respaldan siglos de sabiduría germánica desde la biblioteca en segundo plano. En su solapa luce ostentosa, casi como vórtice del retrato, el águila dorada con la swástica del NSDAP. La foto incluye la firma manuscrita del filósofo.

“El Servicio de Trabajo del Imperio (RAD) y la Universidad Alemana”

(20 de Junio de 1933)*

En el futuro la escuela no disfrutará de su antigua posición exclusiva en la educación. Con el RAD (“ReichsArbeitsDienst”) se ha levantado una nueva y decisiva fuerza educativa (“Erziehungsmacht”). El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) ahora toma su lugar al lado del hogar, de las ligas juveniles, del servicio militar y de la escuela.

En el Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) vemos realizarse, concretamente, el lugar de una manifestación nueva y sin mediaciones de la Comunidad del Pueblo (“Volksgemeinschaft”). Los jóvenes alemanes, en el futuro, podrán ser gobernados por el conocimiento del trabajo (“vom Wissen um die Arbeit”), saber en el cual el Pueblo concentra su fuerza, en el orden para experimentar la dureza de su existencia (“Dasein”), preservar el impulso de la propia Voluntad, y aprender nuevamente el valor de sus múltiples habilidades. El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) es, al mismo tiempo, un campo de entrenamiento de Líderes de todos los grupos sociales y profesiones (“Schulungslager für das Führertum in allen Ständen”). Lo que cuenta en el campo es la actividad ejemplar y el trabajo en conjunto, pero no establecido por quien supervisa. En cuanto a aquellos que tienen la ocasión de hacer una ‘pequeña visita”, ellos no se aproximan ni cercanamente a la realidad de los campos de trabajo y a su novedad.

El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) no sólo despierta y educa en el conocimiento de la comunidad trabajadora a todos los grupos sociales (“die arbeitende Gemeinschaft aller Stände”), sino que en el futuro este conocimiento del trabajo, arraigado en las almas de los jóvenes alemanes, podrá tener también un efecto purificador sobre la escuela y podrá entonces legislar qué es lo que se puede y qué es lo que no se puede, lo que se debe y lo que no se debe.

El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”), como institución educativa, institución autónoma, con su peculiares características y en propio derecho, se vuelve una fuente nueva de todas esas energías por las que todas las otras instituciones educativas, sobre todo y especialmente la escuela, están forzadas a decidir (“zur Entscheidung”), y en consecuencia, a transformarse.

Nuestra Universidad esta rodeada en su vecindad inmediata por los Campos de Trabajo del “RAD”, que están co-dirigidos y supervisados por maestros de esta institución.

El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) una nueva realidad (“neue Wirklichkeit”) está presente. Esta realidad sirve como un símbolo del hecho de que nuestra Universidad esta abriéndose a sí misma a la nueva fuerza educativa encarnada en el servicio al trabajo, al RAD. Campo de Trabajo y Universidad están resueltos a traer juntos, en un recíproco tomar y dar, las fuerzas educacionales (“erzieherischen Mächte”) de nuestro pueblo dentro de una Totalidad (“Einheit”) nueva enraizada y arraigada, y a partir de la cual el pueblo se empeña, en su estado, de actuar por su destino colectivo (“Schiksal”). Triple ¡Sieg Heil!

M. Heidegger, Rektor

(El texto fue tomado del original editado por Guido Schneeberger en Suiza en los años '60. Se ha contrastado con las pésimas traducciones al francés y al italiano, así como la versión en inglés. Traducción: Nicolás González Varela)

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11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Al examinar la trayectoria de ciertos intelectuales que tomaron unas trayectorias vitales más o menos "disparatadas" -esto es discutible-, uno nunca sabe si las razones de su elección radican en su propia filosofía, demasiado excéntrica como para que pueda ser tomada en serio, o razones más prosaicas y suculentas, como las recompensas institucionales que pueda otorgar un régimen tiránico. ¿Qué ocurrió con Heidegger?. He aquí la gran duda, que a ojos de gente "políticamente correcta" podría exonerarle -"es que de tanto que tenía en la mente acabó loco"- o condenarle para siempre. Tras leer documentos como éstos, creo que las dudas comienzan a disiparse.

10:56 p.m.  
Blogger Marcelo Camisay said...

"Pensamos —dice Beaufret—, que si bien Heidegger nunca hizo nada que pudiera motivar las imputaciones que se le hacen [...] es alguien que se sale lo suficiente de lo común para suscitar en contra suya la conjura de los mediocres en nombre de la mediocridad. Según pienso, y según piensa René Char, es simplemente caritativo no entrar en mayores detalles." (Jean Beaufret, "Al encuentro de Heidegger. Conversaciones con Frédéric de Towarnicki", Monte Ávila Editores, Caracas, 1987, p. 117 (Décima conversación, primera respuesta). ).
de la Wikipedia.

Saludos soy un ferviente lector de tu Blog.

Marcelo.

4:49 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Hace mucho tiempo es esta "historia" una espina molesta y dolorosa para la filosofía occidental 'institucional', Heidegger nazi, con su cargo, su compromiso, su elocuente bigotito, su "silencio" posterior. Estos datos despejan un poco la responsabilidad politica del pensador para con el régimen, pero sobre todo, abre una grieta enorme y profundísima sobre la propia metafísica, la propia filosofía que ha tomado su pensamiento como referencia insoslayable, base y punto de partida. Es en el propio pensamiento heideggeriano donde anida el nazifascismo, en sus planteos, en sus categorías. Es el contenido nazi del pensamiento heideggeriano aquello que despierta grandes preocupaciones, por la influencia que ha tenido como tal en la filosofía contemporánea "de este lado del mundo". Hacia ahí se disparan las preocupaciones, se abre camino un cuestionamiento radical dirigido a todo el plano de reflexiones y postulaciones, teóricas y políticas, que han surgido en el siglo XX dentro del pensamiento de occidente, sobre todo desde el ámbito académico-academicista, el pensamiento institucional, cejado por el sentido de una reformulación plena, de concepciones, de perspectivas, de prácticas. Que siga creciendo el desierto, que siga fisurándose el terreno de la racionalidad occidental totalitaria, abonando la emergencia de un sesgo en el devenir del mundo, despliegue de una potencia vital nueva y emancipadora.

5:10 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Heidegger

«Heidegger creyó demasiado en las palabras. [...] Las dificultades, no las resolvió, simplemente las rebasó ayudándose con la creación de palabras. Eso me parece altamente deshonesto. No niego que Heidegger haya sido un genio, pero yo lo considero un genio estafador. En lugar de contestar las preguntas, se contentó con formularlas, con crear palabras y desplazar los problemas. Respondió a ellas produciendo vocabulario. [...] Para mí, Heidegger era realmente demasiado inocente, aunque al mismo tiempo sagaz como un campesino. [...] Era un hombre, me atrevo a decir, inconscientemente astuto.»
¿Vale la pena identificar al autor de este texto?

2:44 a.m.  
Blogger Gabriel Báñez said...

Leyendo el post recordé aquello de "La filosofía lo deja todo como está", de Wittgenstein, noción que Heidegger parece haber desmentido radicalmente en su compromiso con el nazismo. Es curioso, en términos filosóficos el nacionalsocialismo operó como causa eficiente. Tomando el vocabulario heideggeriano y dado que "la política" se refiere al nivel "óntico", mientras que "lo político" alude al plano "ontológico", en él, pese a los matices y a la diferencia teórica, ambos términos se funden en una sola acción. El post es decididamente aleccionador en la materia. Del nazismo como causa eficiente se desprenden muchos postulados. Uno, el primero, "lo político" como espacio de poder hegemónico; otro, "la política" como espacio de anulación y sometimiento. Hannah Arendt en su análisis sobre totalitarismo y antisemitismo establecía al primero como espacio de libertad y a la segunda como de deliberación pública. Gracias por la insistencia zumbona, nunca será suficiente.

3:45 p.m.  
Blogger aldo pellegrini said...

es complejo el tema, seguramente. el hecho de que heidegger haya compartido la experiencia del nazismo, en forma militante por más que sus predecesores busquen lo imposible, es decir, desligarlo de aquello, encontrarle un errar en los campos de no sé quién, un apartarse hacia los claros del bosque y otras tantas metá-forras (donde forras no es sino premeditado...) no exime a su filosofía, creo yo, de su responsabilidad histórica.
mucho más aún cuendo después de ésta, y en su recluirse en las altas cumbres de la metafísica, ha querido aunar las practicas del así llamado por él "humanismo militante" donde fordismo-americanismo, stalinismo-marxismo y fascismo han sido sellados indisolublemente, siendo su propuesta una reflexión desligada de los fines de la praxis, conducida ésta a mera racionalidad instrumental, es decir, utilidad también en el pensamiento, diferente del preguntar como un mero contemplar, mero fin en sí, si se quiere.
sin embargo hay en su producción una pregunta latente, que no es otra que la de Walter Benjamin y otros, pero que él sabe hacer suya. pregunta ésta que, en autores como agamben se hace importante apuesta, me parece. claro, hay que saber, digamos, des-construir ésta, encontrar lo que es reflexión a través del lenguaje, es decir, el hombre, su hacer-se a sí mismo (ciertamente, un retomar los caminos del preguntar griego, que en castoriadis ciertamente me resulta más satisfactoria, y mucho más por su proyecto de autonomía, claro está) a lo que es meramente agit-prop fascista, aunque a sus acólitos esto les incomode. ciertos locus tales como "un pueblo que habla", a través de su fuhrer, claro, y tantas metáforas pastoriles.. una cierta esencia de lo auténtico re-encontrado y que se yo que otrras yerbas.. aquello es lo que debe ser criticado.. para poder seguir preguntando, me parece.
no olvidemos, quienes seguramente podemos hablar de otra tradición, libertaria ésta, emancipatoria, marxista y post-marxista, que el trabajo ha sido un escollo también a nuestros ojos, y sino pensad en los campos de trabajo militarizados de Trotsky, en las discusiones -y los sucesos centrtalmente- del 21, por decir solamente un nombre que nos resulte familiar. ciertamente, como benjamin decía, hemos llegado a compartir una concepción del progreso, que, como su figura del angelus, deja un tendal de muerte a su paso y no deja de mirar sino hacia el pasado, es decir, el trabajo acumulado, el capital.
si bien no defiendo a heidegger, quién podría hacerlo de este lado de la trinchera, si veo en él, aquello que cierta escuela alemana de principios de siglo pasado, supo hacer, es decir el vitalismo y otros caminos, por los que lukács sin ir más lejos supo transitar para luego subordinarse a la disciplina del partido y acallar (y también no, sino larvarlo como mensaje cifrado, en discusiones "filosóficas" y sin embargo el también era un stalinista, sino pensad en el stajanovismo y su apoyo..) decía veo en la reflexión abierta, una pregunta esencial por los fundamentos de la libertad, del hacer-se así mismo y el poner teleológicamente hablando la sociedad ya no en forma extrañada, externa sino en un poner libremente puesto. esta reflexión me parece, merece de muchos otros interrogantes com pr ejemplo el de la experiencia rusa, hoy a 90 años ya.

muy bueno el texto, seguiré leyendo.

salud y alegría!

5:13 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Una vez en una encuesta acerca de la elección del mejor jugador de fútbol de la historia, había ganado Pelé (A Maradona, por supuesto), y algunos de los votantes alegaban que Pelé, al menos, no había sido drogadicto. Ante esto, claro está, lo que hay que preguntar es: ¿estamos realmente hablando de fútbol?

En lo que atañe a la filosofía, los méritos de Heidegger son inatacables. Creo que quienes han pretendido hacer un sintagma entre el Nazismo y el pensamiento de Heidegger, han fracasado crasamente.

Muy interesante el blog.

Saludos

6:50 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

hola "mosca cojonera" ando buscando "la sagrada familia" de Marx/Engels, perdon, éste no es el sitio para pedirlo, pero sabes si existe una versi,on electronica del mismo. gracias.

3:41 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

3:42 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

MUY BUENAS.
QUISIERA SABER SI PUEDO PASARLE ESTE TEXTO, (CIRECCION DE BLOGINCLUIDA) A MIS ESTUDIANTES DEL PROFESORADO DE HISTORIA.
SI USTED LO CEDERIA DE BUENA GANA.

ADEMAS ME GUSTARIA INVITARLO A QUE PASE Y VEA NUESTRO BLOG, ELCOLISEO.FULLBLOG.COM.AR.

LE DEJO UN ABRAZO.

4:59 a.m.  
Blogger Manuel Jontes said...

me ha gustado mucho el texto.. realmente interesante para el estudio

4:48 p.m.  

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